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MURCIÉLAGOS Y VIRUS

Últimamente, diversos medios de comunicación comentan de forma alarmista la relación de los murciélagos con virus como el SARS-CoV-2, el filovirus Lloviu; o los casos de personas mordidas por murciélagos, con el consiguiente riesgo de contraer virus como la rabia.

Por ello, en esta nota queremos explicar, de forma breve pero rigurosa, la relación de los murciélagos con este asunto; y en el caso de la rabia, la forma de evitar problemas de contagio por parte de animales:

  • Los murciélagos no atacan a los humanos ni a otros vertebrados, en ninguna parte de Europa. Únicamente pueden intentar morder a personas si ésas los cogen, y su intención es liberarse, no atacar maliciosamente.
  • Los murciélagos europeos son animales pequeños (entre 5 y 60 gramos, menos de una milésima de lo que pesa una persona adulta) que se alimentan fundamentalmente de insectos, por lo que son muy beneficiosos, al controlar de forma natural las poblaciones de estos invertebrados, algunos de ellos plagas y otros transmisores de enfermedades a humanos o molestos como los mosquitos. Serían necesarios millones de euros y toneladas de pesticidas para sustituir su papel controlando las plagas de los cultivos de maíz y arroz. En otras partes del planeta, existen también murciélagos polinizadores (de plantas tan útiles como plátanos) y dispersores de semillas, que tienen un papel fundamental en el ecosistema.
  • Algunas especies presentes en España han visto reducidas sus poblaciones en las últimas décadas debido a la acción humana. Por ello, actualmente todos los murciélagos se encuentran protegidos por la ley (Convenio de Berna, Convenio de Bonn, Directiva Hábitats, Catálogo Nacional de Especies Amenazadas; ver Legislación).
  • La rabia (enfermedad producida por dieciséis virus diferentes del grupo de los lisavirus) puede estar presente y transmitirse en todos los mamíferos, también en murciélagos. Los murciélagos tienen sus propios lisavirus, presentes solo en algunas especies, siendo infrecuente encontrar individuos infectados: Mucho menos del 1% de los murciélagos sanos son portadores de virus, pero esta frecuencia puede ser mayor en ejemplares que presentan alteraciones del comportamiento que los hacen más accesibles al público. La rabia que estos murciélagos pueden potencialmente transmitir no tiene nada que ver con la conocida rabia terrestre (perros, zorros, etc.), ya que esta última está producida por el virus de la rabia, que no infecta a los murciélagos europeos. Al igual que ocurre con los seres humanos, es extremadamente infrecuente que los demás mamíferos terrestres se infecten por los lisavirus propios de los murciélagos europeos. De hecho, nunca se ha visto ningún perro infectado por estos virus. España está libre de rabia terrestre aunque existe riesgo de importación desde zonas endémicas cercanas. El mantenimiento de nuestro estatus actual de país libre de rabia terrestre depende fundamentalmente de que seamos responsables y vacunemos a nuestras mascotas y de que acudamos al veterinario antes de viajar con nuestras mascotas al extranjero para cumplir con las correspondientes normas.
  • Sobre el filovirus Lloviu, el murciélago de cueva (Miniopterus schreibersii) parece ser el huésped natural. En ocasiones excepcionales, el filovirus Lloviu causa en esta misma especie episodios de mortandad masiva, siendo desconocidas, en este momento, las circunstancias adicionales a la infección que disparan estos eventos. Este virus ha podido ser aislado de muestras de murciélagos infectados, únicamente mediante el uso de líneas celulares derivadas de Miniopterus schreibersii. Los intentos con líneas celulares de otro origen han sido infructuosos. El filovirus Lloviu obtenido en altas concentraciones mediante aislamiento en cultivo de células de murciélago o de genética reversa, es capaz de infectar “in vitro” células de otras especies de mamíferos incluidas humanas. El filovirus Lloviu nunca ha sido encontrado infectando a ningún otro animal que no sea Miniopterus schreibersii. Otras especies de murciélago en estrecho contacto con colonias de M. schreibersii afectadas de mortandad masiva, ni han experimentado mortandad, ni han mostrado rastro del virus al ser analizadas. Ninguna de las personas que manipularon cadáveres de M. schreibersii durante el evento original de mortandad en 2002, enfermó ni mostró síntoma alguno de enfermedad. Asimismo, no se han encontrado anticuerpos frente al virus en 22 personas con historial de exposición a Miniopterus schreibersii. Por consiguiente, a día de hoy no existe ninguna evidencia de que el filovirus Lloviu pueda ser transmitido por los murciélagos a los seres humanos, ni de que constituya una amenaza para la Salud Pública. Toda afirmación en este sentido es especulativa y es, por tanto, admisible únicamente en el terreno de la hipótesis.
  • En los últimos 30 años, sólo una persona ha muerto por rabia transmitida por murciélagos en toda Europa. No ha habido ninguna víctima en España. En caso de mordedura por cualquier animal con rabia, existe un tratamiento para evitar el desarrollo de la enfermedad y es totalmente eficaz y seguro. Este hecho no es en absoluto excepcional o alarmante, pues casi todos los años se produce algún episodio similar, por lo que están previstos y habilitados los procedimientos de actuación adecuados. Cuando se ha dado el caso, se ha aplicado el tratamiento y nunca se ha contraído la rabia. En el caso humano al que hacíamos referencia no se siguieron dichos procedimientos preventivos.
  • A día de hoy, la fuente de la pandemia de CoVID-19 sigue siendo desconocida. A día de hoy no está, en absoluto, establecido que los murciélagos hayan sido la fuente de la pandemia. El hallazgo de coronavirus semejantes a SARS en pangolines, sugiere que este grupo de virus no es exclusivo de murciélagos y que su espectro de huéspedes naturales podría ser más amplio de lo que se creía. La exitosa adaptación del SARS-CoV-2 a los seres humanos apoyaría esta posibilidad. Sea cual fuere el origen, ni los murciélagos ni cualquier otro animal tienen ya papel alguno en el progreso de la epidemia, que se basa exclusivamente a la transmisión de persona a persona. Con independencia de cual haya sido la fuente de esta pandemia, el comercio ilegal y la venta sin control sanitario de especies animales silvestres son claros factores causales. Al objeto de prevenir futuras pandemias, la comunidad internacional debería intensificar de manera muy decidida su lucha contra esta lacra para la salud y la biodiversidad.
  • Debido a la actual situación de pandemia, SECEMU con el apoyo de la Bat Conservation Trust de Reino Unido (BCT), ha lanzado la campaña #DontBlameBats (¡No culpes a los murciélagos!), para desmentir los ya extendidos mitos y miedos relacionados con los murciélagos que amenazan la conservación de estas especies. Consulta más información aquí y a continuación te dejamos la animación sobre la iniciativa.

Para evitar el contagio de la rabia, es conveniente no coger animales silvestres o desconocidos, incluidos perros o murciélagos, lo que evita el riesgo de mordeduras. Solo los especialistas pueden manipular murciélagos, y siempre con guantes. En caso de mordedura, hay que acudir siempre al médico por razones de seguridad, para que haga una evaluación del riesgo y, si estuviese indicado, nos prescriba el tratamiento preventivo. En definitiva, el riesgo de contraer rabia por contagio desde murciélagos es muy bajo y muy fácil de eliminar: basta con evitar cogerlos con la mano.

Finalmente, hay que aclarar que los murciélagos conviven con nosotros, como siempre lo han hecho, con efectos muy beneficiosos (nos libran de muchos insectos dañinos), y algunas de sus poblaciones se encuentran amenazadas (incluso a punto de extinguirse), por lo que SECEMU vela por su conservación. Rogamos por lo tanto a cualquier persona que tenga dudas o algún tipo de conflicto con murciélagos se ponga en contacto con nosotros o con la Consejería de Medio Ambiente de su Comunidad Autónoma.

Consulta aquí más información respecto a los murciélagos, la rabia, el coronavirus y el filovirus Lloviu.