CAJAS REFUGIO

Las cajas-refugio para murciélagos constituyen una medida dirigida a aportar refugios artificiales para murciélagos arborícolas y fisurícolas, cuando una zona carece de refugios naturales. Estas cajas no son útiles para las especies cavernícolas.

En cualquier caso, se trata de una medida puntual y debería considerarse como temporal. Las cajas no deberían sustituir a los refugios naturales, sino tan sólo proporcionar una alternativa rápida y eficaz, mientras se ofrecen condiciones naturales para que los murciélagos dispongan de árboles con orificios y grietas; si se talan árboles-refugio, no debemos esperar 200 años para que otros árboles se hagan viejos y puedan guarecer murciélagos en su interior. Por ello, se recomienda tratar de conservar y fomentar la presencia de árboles viejos y secos en pie, dado que éstos constituyen los abrigos ideales para especies arborícolas y ofrecen mayor variedad de refugios que la disponible por las cajas artificiales.

Estos refugios son muy adecuados en determinadas circunstancias, y favorecen la presencia de murciélagos en zonas alteradas donde se han eliminado los abrigos naturales previamente; sin embargo, no siempre funcionan, ya que en ocasiones no hay demanda de estos refugios. Ello puede deberse a la presencia de numerosos huecos y grietas naturales o bien a la escasez de murciélagos en la zona, por otros motivos (hábitat deteriorado, escasez de presas, etc).

«Es preferible que un experto en murciélagos valore previamente si es necesaria la colocación de estos refugios, así como la cantidad, modelos y lugares donde instalarlos.»

Ocupación de las cajas-refugio

Existen diferentes factores que pueden influir en la ocupación de las cajas para murciélagos:

  • Diferencias por especies: cada especie de murciélago tiene unos requerimientos particulares, de forma que distintas especies prefieren utilizar diferentes modelos de cajas.
  • Diferencias por sexos: generalmente, los machos son solitarios la mayor parte del año; en invierno son gregarios. Las hembras suelen ser gregarias, especialmente en verano e invierno; en otoño confluyen machos y hembras para formar harenes y aparearse.
  • Diferencias por estaciones: cada especie tiene diferentes preferencias por los refugios en función de la época del año: primavera=etapa de transición o formación de colonias; verano=cría; invierno=hibernación; otoño=apareamientos. En este último período, los machos son territoriales y por tanto, cada macho ocupa una caja diferente. A ello hay que sumar la llegada a la Península Ibérica de numerosos ejemplares migradores de algunas especies arborícolas (Nyctalus noctula, Nyctalus leisleri, Pipistrellus nathusii), procedentes de Centro Europa. Éstos pasan el otoño e invierno en la Península, y retornan a sus zonas de cría al comienzo de la primavera.

Estas diferencias pueden ser la causa de que unas cajas tengan éxito en determinada fecha del año o en determinada zona, mientras que en otras fechas o lugares, esas mismas cajas no sean ocupadas.

«Antes de colocar cajas en un lugar, se recomienda conocer la zona y las especies de murciélagos que habitan en ella (y su fenología), de forma que podamos prever el modelo o modelos de caja más apropiados y las fechas en las que puedan tener más éxito.«

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